31/01/2016. FLAMENCO, TANGO Y POESÍA "SOY EL CANTOR.
Simple Picture Slideshow:
Could not find folder /home/virgvald/web/poesiayflamenco.com/public_html/images/stories/imagenes//2016/31012016poesiayflamenco
POESIA Y FLAMENCO –
EL MEJOR ESPECTÁCULO DE MADRID EN LA ACTUALIDAD.
Carta de un espectador:
Entré en un ámbito donde la cultura estaba impregnando todas las paredes en las que colgaban obras de arte, de distintos tamaños y colores que desparramaban siglos de historia de la pintura, abstractamente condensados y que compartían el decorado con libros en los anaqueles de ese lugar que poseía un misticismo propio de la cueva donde se refugian los verdaderos artistas.
El lugar en el propio corazón de Madrid, en la calle de la Princesa número 13, marcaba un centro del que se desprendería los rayos de una genialidad que se descubre en pocos iluminados siendo esta vez el fruto de un arte que supo amalgamar con destreza los patrimonios culturales de toda la humanidad como son el flamenco, la poesía y el tango.
La calidad estaba asegurada desde el momento en que pasé a ocupar mi lugar cerca del tablao en que vería desarrollarse una composición que nunca había visto antes y que nos iba a dejar con la boca abierta por el asombro.
Así compartiendo la emoción con un público que no dejaba de aplaudir, vi desfilar el cante jondo del flamenco en la voz del gran Salmerón, la inigualable guitarra en las manos de un guitarrista sin par como Antonio Amaya , la poesía que se volvió música en la genial autoría de Miguel Oscar Menassa, que incursionó en el tango argentino y la milonga, autor por lo tanto de letra y música, de composiciones por las que se desplegaban la variedad de una gama que iba de lo trágico a lo risueño, sin perder nunca su jerarquía, y la novedad que se hizo carne en el cuerpo de bailaora Virginia Valdominos que interpretó los poemas que desde el flamenco hicieron de su cuerpo una amalgama de palabras y movimientos, que sin dejar de seguir las clásicas figuras del baile flamenco, incorporó junto a la fuerza de sus taconeos, la gracia tan dúctil de un cuerpo transformado por momentos en un poema que interpretaba no sólo las letras sino también el sonido de las cuerdas que subían por su cuerpo transformándolo y haciendo un solo cuerpo viviente donde todos estábamos presentes.
El espectador fue el invitado de honor que participó no sólo como espectador sino haciendo vibrar su cuerpo con el espectáculo, y bailó, aplaudió, lloró y se rió en cada uno de los cuadros. El azar también entró a través de los cuadros con dibujos que fueron rifados y una copa de vino dio lugar a una tertulia llena de satisfacción y comentarios que nos aproximaron a nosotros mismos y a lo que nunca morirá, el arte en manos de verdaderos artistas que derriba barreras creando nuevas formas que lo inmortalizan.
Marion Sambad
Actualizado (Lunes, 01 de Febrero de 2016 19:57)
